Hipoxia silenciosa: la cámara hiperbárica puede acabar con este síntoma del COVID-19

11 de mayo de 2020

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El COVID-19 presenta distintos síntomas ya conocidos como la fiebre, el cansancio y la tos seca. Sin embargo, recientemente se han presentado casos que han generado incredulidad en la comunidad médica. Se trata de pacientes que llegan a los servicios de atención con “hipoxia silenciosa”.

Los pacientes no se dan cuenta de que les falta oxígeno y no presentan grandes dificultades respiratorias. Cuando se les hacen los exámenes correspondientes, se comprueba que su estado es mucho peor del esperado. Estos pacientes que deberían estar críticos pueden realizar actividades como conversar, utilizar sus celulares, etc.

El nuevo síntoma de la enfermedad ha sorprendido a los profesionales de la salud que han observado cómo algunos pacientes llegan con los niveles de oxígeno en 50% y, a pesar de esto, están completamente activos. La mayoría de estos pacientes presenta síntomas leves de COVID-19 por 2 a 7 días. Solo buscan atención médica cuando ya tienen problemas importantes para respirar profundo. Los resultados de las TAC revelan un estado general peligroso e hipoxia en los pulmones e incluso en otros órganos.

¿Por qué ocurre la hipoxia silenciosa?

El organismo se va adaptando a niveles menores de oxígeno. La consecuencia en algunos casos es la descompensación que produce edema pulmonar y/o cerebral. Como los pacientes infectados con COVID-19 están combatiendo otros síntomas como la diarrea o la fiebre, el cuerpo trata de compensar acelerando la respiración. Muchas personas no se dan cuenta de este cambio y por eso no acuden al médico. Cuando reconocen su estado y van a la clínica u hospital, los pulmones están sumamente afectados.

Algunos especialistas consideran que la hipoxia silenciosa puede ser una de las causas de muerte de pacientes sin complicaciones o sin enfermedades preexistentes, como es el caso de los jóvenes.

¿Por qué la Terapia de Oxígeno Hiperbárico acaba con la hipoxia?

El oxígeno hiperbárico genera hiperoxia y mejora los niveles de saturación de oxígeno que se miden con el saturómetro digital. Igualmente, aporta cantidades de oxígeno que no pueden ser medidas con el pulsómetro. Esto quiere decir que tiene efecto directo sobre la hipoxia silenciosa, ya aumenta 10 veces el nivel de oxígeno en la sangre. Al aplicar una mayor presión de oxígeno, se favorece también su difusión por el pulmón.

A su vez, es importante destacar que la hipoxia pulmonar contribuye a la infección en COVID-19, ya que altera los mediadores de la inflamación.

La incorporación de la Terapia de Oxígeno Hiperbárico en la etapa de hipoxia silenciosa podría ser una herramienta importante para prevenir el desarrollo de complicaciones abruptas por la falta de oxígeno crónica que pasa desapercibida en muchos de los infectados por COVID-19.

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